Escribe: Luis Pérez Pinelo
Era marzo de 2015 y en el seno del deporte nacional, el Instituto Peruano del Deporte, conjuntamente con el Ministerio de Educación y el Comité Olímpico Peruano organizaban la Mesa de Trabajo Nacional a la cual habían sido convocadas las 52 federaciones nacionales con el objetivo de establecer las bases para lo que posteriormente sería el Plan Nacional del Deporte 2015-2035, documento que serviría para establecer las líneas de trabajo que seguirá el deporte nacional en los próximos 20 años.
Dentro de las actividades de aquella mesa de trabajo cada federación debía exponer acerca de su deporte y el desarrollo que tenía a nivel nacional, mostrando en orden de fuerza la posición de cada región del país contando para ello con los resultados de sus deportistas que la representan y con ello las medallas que han obtenido en los diversos campeonatos nacionales del deporte. En el caso del bádminton, la tarea había sido terminada en menos de un minuto, no había mucho que analizar, la lista contenía solo dos nombres. En el primer lugar Lima que concentraba el 99 % del total de deportistas y el 100 % de medallas y para al menos acompañar se colocó a Piura, pues se tenía referencia de algunos jugadores master que venían a jugar algunas veces con los deportistas de la Asociación China en la capital, eso era todo, la realidad decía que el mapa del bádminton nacional era solo Lima y por ende era un deporte sin desarrollo nacional.
A partir de ahí y con la vergüenza sufrida en aquella reunión, se empezó a trabajar para que el bádminton sea verdaderamente un deporte nacional. Se empezó por primera vez con el Circuito Nacional de Bádminton en aquel histórico I Abierto de Piura 2016 y luego con la nueva junta directiva liderada por Gonzalo Castillo Guzmán se dio un impulso exponencial a la masificación, le siguieron los abiertos de Arequipa, Trujillo, Tacna, Ayacucho, Tingo María, Ica, Cuzco y este año 2023 Ancash y Callao. Se hicieron cursos Shuttle Time, Level 1 y Level 2, se comenzó a hacer concentraciones nacionales en Videna con los mejores deportistas de las regiones y se capacitó constantemente a los entrenadores de las regiones, y es así como la pluma empezó a volar ahora sí por todo el Perú.
Hoy, después de 7 años de este intenso trabajo de nuestra federación los resultados saltan a la vista y se pueden ver reflejados en los siguientes cuadros estadísticos. Aun con años de pandemia es innegable que la realidad del bádminton en lo que a masificación, desarrollo nacional y descentralización se refiere viene dando sus frutos y esto lo demuestran las 265 medallas obtenidas por deportistas de provincias en el Circuido Nacional desde el 2017 a la fecha, y la curva de crecimiento es cada vez más pronunciada pues cada vez son mas y mejores los jugadores regionales que compiten y ganan. Las selecciones ahora sí son nacionales, pues deportistas de Piura, Arequipa, Tingo María y Ayacucho ya han podido vestir la bicolor en eventos sudamericanos y panamericanos. En resumen, el bádminton ahora sí puede completar el papel que le entreguen y demorarse como corresponde y debe de ser un orgullo al tener verdaderamente un deporte desarrollado a nivel nacional.
Que la pluma siga volando por todo el Perú, las felicitaciones a todas las personas que hicieron capaz este anhelado sueño, no ha sido fácil, se tuvo críticas infundadas y detractores, pero así son los grandes desafíos de las grandes instituciones y la Federación Deportiva Peruana de Badminton lo ha demostrado esta vez, una vez más, y confirma que vamos por el camino correcto.